Veo desde hace tiempo a muchos entrenadores o preparadores físicos de fútbol citar una entrevista de Paco Seirul·lo, preparador físico del Barça durante 46 años, con Ángel Cappa, ex-futbolista argentino.
Puedes acceder a la entrevista aquí.
En esta entrevista, Seirul·lo afirma que “La preparación física no existe”. Lo afirmó por aquel entonces en 2009, y se reafirma en esta entrevista para Relevo en 2024.
La lacónica y lapidaria frase es hoy utilizada por muchos para justificar el lamentable entrenamiento de fuerza en fútbol, y me aventuro a decir que es la raíz de la plaga de roturas de ligamento cruzado en este y otros deportes.
Vamos a desgranar la entrevista.
Novedades en la Comunidad AntiCulturista:
El día 1 de mayo comienza el Reto Curl Nórdico:
No tienes más que enviar un vídeo al foro privado aguantando el excéntrico de un curl nórdico durante 5 segundos.
Los tres primeros, recibirán de regalo una caja sorpresa con productos saludables de My Food Experiences.
Tienes dos semanas para entrenarlo, y una rutina completa para progresar en este ejercicio aquí.
Únete a la Comunidad para entrenar junto a otros atletas y participar:
La preparación física sí existe
Empezamos fuerte:
Cappa: No sé si coincidirás, pero para mí la preparación física como tal no existe. Existe la preparación de un futbolista, de un basketbolista, de un tenista, pero no en general.
Seirul·lo: Coincido. Antes, por error, se pensaba que primero había que fabricar un atleta y luego que jugase a lo que sea. (…) cada deporte requiere su tratamiento específico.
No sé si la preparación física existe de forma general o específica. Pero desde luego, el entrenamiento de fuerza es mucho más general que específico.
Al fin y al cabo, ¿existe el propio deporte? ¿Qué es el fútbol, sino un conjunto de saltos, sprints, contacto físico, aceleraciones, frenadas y cambios de ritmo? Es idéntico en un 80% a los esfuerzos deportivos de otras disciplinas, como el rugby o el hockey hierba.
Como vimos en este artículo, el entrenamiento de fuerza no es específico al deporte, sino al tipo de esfuerzo. Es más, como vimos en este otro artículo, debería ser específico al movimiento que compone el deporte.
El fútbol es como cualquier otro deporte
Nunca entenderé esa visión del fútbol como deporte especial y único:
Cappa: La velocidad, por ejemplo. En fútbol es diferente, tiene que ver con la precisión, con ver antes la jugada.
Seirul·lo: He entrenado en otros deportes y el fútbol es el que más prima las habilidades del jugador: su inteligencia, toma de decisiones, sensibilidad, comprensión del espacio y del tiempo…¿Por qué? En fútbol, lo mismo que tú utilizas para movilizarte lo usas para jugar, y tienes que estar concentrado en ti mismo y en el equipo (…).
El fútbol no es ningún deporte especial. En taekwondo, en kárate, en kickboxing o cualquier deporte con patadas, también utilizas lo mismo para moverte y para competir.
Lo mismo que pueda tener de especial el fútbol es lo que hace especial a otros deportes. ¿Cómo va a ser más especial que el hockey sala, que vas sobre ruedas y con un palo en las manos?
Esto lleva a confusión, pensando que el rendimiento deportivo desde el entrenamiento de fuerza pasa por replicar el gesto técnico:
Seirul·lo: Claro, esa es la dificultad del fútbol: los pies, y eso acarrea muchas obligaciones motrices, que, a su vez, complican la percepción y las relaciones interpersonales del atleta. A mí los jugadores muchas veces me dicen: Oye, Paco, ¿por qué no entrenamos la velocidad?‟. Y les contesto que eso lo entrenamos todos los días, porque el fútbol es eso: velocidad, aceleración… no correr sin más, sino adaptarte a correr respecto al balón y al rival. Tocar el balón con la velocidad adecuada y hacia donde tú deseas.
Sí, el entrenamiento de fútbol debe hacerse con un balón en los pies. Pero fortalecer los patrones de movimiento que componen el esfuerzo deportivo, o los tejidos que se encargan de ejecutar ese movimiento, debe hacerse con las herramientas adecuadas.
El entrenamiento de fuerza nunca es específico al deporte, sino al esfuerzo.
Un sprint siempre será un sprint independientemente de que corras detrás de un balón esférico o uno ovalado. Un salto siempre será un salto, sea para rematar un balón con la cabeza, con la mano, o para encestarlo.
La fuerza no mejora la técnica
Cuanto más técnico es un deporte, menos relevancia tienen las capacidades físicas. ¿Qué importa levantar 200kg en sentadilla si no sabes darle a la raqueta y meter la bola dentro de la pista?
Pero el fútbol no es tenis:
Cappa: La fuerza también es distinta. Para mí la fuerza en el fútbol es astucia.
Seirul·lo: Claro. Es aplicar tu energía en el momento oportuno. Si no, la fuerza no sirve para nada. Si eres muy fuerte y cada vez que chocas con uno te quitan el balón o haces falta, estás perdido.
Me explota la cabeza cada vez que veo el argumento de “está muy fuerte pero es un paquete”.
Si tú me das a un mal jugador técnicamente, el entrenamiento de fuerza te devolverá un jugador que corra y salte más, que sea menos propenso a lesiones y con 5kg más de músculo. Pero seguirá siendo un mal jugador técnicamente.
Esto puede tener importancia en pádel o tenis, donde la habilidad importa mucho más que el físico. Pero en fútbol, correr más te dará más oportunidades de gol, y saltar más te permitirá rematar más balones.
Mejorar técnicamente a un jugador no es el objetivo del entrenamiento de fuerza, sino reducir su propensión a lesiones y mejorar su rendimiento físico. Y el rendimiento físico se traduce en rendimiento deportivo si el deporte es físico.
Aunque a muchos les pique, el fútbol no es ni mucho menos el deporte que más habilidad requiere. En cualquier otro deporte donde no se produzca contacto físico es probable que tenga más peso la habilidad que las capacidades físicas.
La pretemporada mal planteada
La pretemporada es ese período, fuera de la etapa competitiva, donde el atleta se enfoca en mejorar las cualidades físicas, de especial intensidad en las últimas semanas antes de la competición. Y efectivamente, su planteamiento actual supone un problema:
Cappa: Hay muchos mitos en la preparación física de nuestro deporte. Uno es el calentamiento; otro, la pretemporada; y el tercero, las pesas.
Seirul·lo: Son, para mí, tres temas claves. La pretemporada es el más grave (…). Hacer entrenamientos dobles y triples durante dos semanas no es bueno para los jugadores. Sólo consigues fatigarlos y que lo estén pagando durante los cinco primeros partidos de Liga. Para mí lo correcto es prepararse para el primer partido sólo. Exclusivamente. Y luego para el segundo… y así. No se puede hacer una pretemporada entrenando dos semanas seguidas en tres turnos sin tocar el balón. Perjudica y no es útil.
Debemos entender que la fuerza es una capacidad física difícil de adquirir pero muy fácil de mantener. La capacidad cardiovascular, en cambio, es fácil de adquirir y fácil de mantener, pero también fácil de perder. Por tanto, la pretemporada debería dedicar mucho más tiempo a la fuerza que al cardio, para ganar adaptaciones que podamos mantener fácilmente durante la temporada.
El entrenamiento de fuerza en fútbol está en pañales, y sin duda, el principal error a la hora de demonizar la fuerza es relacionarlo con la fatiga.
Lo que genera fatiga es entrenar para la hipertrofia, ya que es un requisito indispensable para lograr el crecimiento muscular. Pero mejorar la fuerza, es decir, no hacer crecer el músculo, sino conseguir reclutar más porcentaje del que ya tienes, no genera fatiga, como vimos en este artículo. Entrenando con intensidades altas y volumen bajo no tienes por qué generar fatiga, pudiendo dedicar el resto del volumen y de tu energía a tu deporte.
En este sentido, las pretemporadas son una gran oportunidad para hipertrofiar aquello que el deporte necesite (si lo necesita). Conseguir la fatiga muscular mediante densidad de entrenamiento o elevando pulsaciones es una forma de mejorar hipertrofia y trabajar también el cardio, sin exponer a los jugadores a sesiones interminables de cardio.
Tienes mucha más información sobre cómo entrenar la fuerza en temporada aquí.
¿Es necesario el calentamiento?
Indignante las cantidad de afirmaciones sin fundamento que pueden verse en estos párrafos:
Cappa: (…) ¿Y del calentamiento, qué me dices? Hay una especie de obsesión de estar 25 minutos calentando. Yo vi cómo calentaba Cruyff en su día y sólo hacía pataditas con la pelota y alguna carrerita liviana. Maradona, igual. (…)
Seirul·lo: (…) Para nosotros el hecho de calentar es sólo un acto socioafectivo, esto es, sólo sirve para ponerte en contacto con tus compañeros y con el ambiente. Ése es el principal objetivo del calentamiento. Porque hay otro problema añadido. Los jugadores, si juegan a las diez de la noche, se levantan ya a las seis para merendar. Y cuando se levantan, como a todos, les duele algo. Por eso, se trata de moverse un poco, en general, y luego coges el balón, te lo pasas unas veces y ya está. He visto mil veces cómo un jugador sale a jugar sin calentar, por lesión de otro, y no le pasa nada. Juega sin problema alguno.
Cappa: Eso pasa en el basket. Los jugadores salen de repente, sin calentar y no pasa nada.
Seirul·lo: O en el tenis. No he visto a tenistas dar vueltas a la pista antes de jugar. Salen, calientan dándole a la bola, un par de saques… y empieza el partido.
No tienes más que ver esta auténtica joya, donde Kobe Bryant comenta un partido suyo de principio a fin, para ver cómo los jugadores de baloncesto sí calientan antes de un partido:
El hecho de que salgan al banquillo y entren otra vez sin calentar es porque ya hay un calentamiento previo y no están enfriando mientras están en un pabellón cerrado con calefacción. Si Seirul·lo fuese aficionado al rugby y viese cualquier partido internacional, sabría que cualquier sancionado con tarjeta amarilla que deba pasar 10 minutos fuera está esperando bien abrigado mientras pedalea en una bicicleta estática. Porque están en un estadio al aire libre, jugando el 6 Naciones en febrero, en medio del frío invierno escocés.
Poco que decir del tenis. Afirmar que no calientan simplemente por no verlos calentar en pista es perderse la mitad de la película:
El calentamiento puede ser contraproducente si nos fatigamos, pero es una herramienta necesaria y útil si lo planteamos correctamente: para estimular el flujo sanguíneo que lubrique nuestras articulaciones, nos permita subir la temperatura corporal, y estimule nuestro sistema nervioso.
Neurotipo y cambio constante
La fuerza en fútbol, más que entrenamiento, es entretenimiento:
Cappa: Además, hay que entrenar con creatividad. No se debe prever todo, hablando desde el punto de vista futbolístico (…).
Seirul·lo: (…) Los jugadores pierden interés si hay mucha repetición. De los entrenadores que he tenido en el Barça los que mejor han manejado este aspecto han sido los que mejor resultados han tenido.
En un equipo compuesto por diversos atletas, individualizar puede ser difícil. Pero buscar la variedad porque ello lleva al aburrimiento es un mito.
En este artículo en T Nation, Thibaudeau explica los neurotipos según el atleta. El neurotipo no es más que un concepto acuñado por Charles Poliquin, que hace referencia a la predominancia de un neurotransmisor u otro en cada atleta.
Por ejemplo, los atletas con mayor capacidad de producir dopamina estarán más cómodos ante la novedad e incluso la necesitan, mientras que individuos incapaces de producirla preferirán estabilidad y se encuentran cómodos en ausencia de cambios.
El hecho de buscar la novedad en sí misma no es una variable relevante en el entrenamiento, si hablamos de entrenamiento de fuerza: todas las variables responden a un objetivo en concreto, y este depende del contexto competitivo o del objetivo del atleta, como vimos en este artículo.
Entrenamiento con cargas
No sé ni cómo calificar esto, pero si algo saco en claro de estos párrafos, es que la fuerza en fútbol estaba en el pleistoceno entonces, y lo está ahora:
Cappa: ¿Hablamos de las pesas? Hay obsesión por ello. Muchos creen que si se está más musculado se juega mejor y se lesionan menos. Y no es así.
Seirul·lo: Hay un error: adjudicar siempre las lesiones a la preparación física. En el fútbol hay dos cosas: accidentes y lesiones. Los accidentes, que tenemos muchos, son inevitables y las lesiones, que tenemos menos, no. Utilizar las pesas de forma genérica, en movimientos y en cargas que son muy ajenas al fútbol, es un error. Las pesas preparan al músculo para otras actividades que no son las que va a utilizar el jugador en el césped. Y eso le provoca sobrecargas. La musculación hay que usarla para mejorar la fuerza enfocada al fútbol, no genéricamente. Otra cosa es que de 16 a 19 años el futbolista necesita una formación muscular para que deje de ser un ciudadano de la calle y se transforme en un deportista. Pero si puede ser con balón, mejor. ¿Por qué? Porque el balón añade el elemento coordinativo que luego utilizas en el campo. Si tú haces tres saltos de piernas, como ejercicio, pero sin balón, no tiene sentido. Dónde saltas, cómo apoyas… todo es diferente si metes un balón por medio. Por eso hay que hacerlo con balón. No es lo mismo saltar que saltar para tener que dirigir un pase. Por eso, la preparación física del fútbol hay que hacerla con balón siempre. El concepto está equivocado. La cuestión no es coger fuerza en las piernas, sino adaptar la musculación a lo que luego vas a hacer en el campo. Lo contrario genera lesiones, pues el músculo no está preparado.
Primero, las pesas no preparan al músculo. Como vimos en este artículo, las pesas te preparan según tu tipo de esfuerzo: elástico, si depende del tendón, muscular, si depende del músculo, y elástico-muscular si depende de ambos.
Segundo, dentro del músculo, como mencionamos antes, las pesas pueden prepararte para crear nuevo músculo, o para reclutar más el que ya tienes. Para conseguir lo primero necesitas fatiga para crear daño muscular. Pero mejorar tu fuerza, es decir, reclutar un mayor porcentaje de fibras, no requiere fatiga y es compatible con la competición.
Tercero, como también mencionamos antes, la preparación específica para un deporte, a nivel de fuerza, no existe. Lo único que existe es la preparación para un esfuerzo deportivo: salto, sprint, frenada, cambio de ritmo o dirección, remate, lanzamiento… Todo lo demás es entrenamiento del propio deporte.
Y por último, como vimos en este artículo, entrenar para el músculo o generar fatiga no tiene por qué causar lesión, sino incluso prevenirla, si entrenas para el equilibrio estructural.
Diferenciar accidentes de lesiones puede ser acertado, pero, en vistas de la cantidad de lesiones sin contacto que existen en fútbol, tenemos mucha más capacidad de evitar la catástrofe de la que podemos pensar.
Carga de partidos
No hay deporte, sin excepción, que tras experimentar una temporada repleta de lesiones no se culpe al calendario y a la carga de partidos:
Cappa: A eso hay que añadirle que hoy en día los jugadores tienen demasiados partidos, demasiada tensión. Si estás en un grande, siempre existe la obligación de ganar.
Seirul·lo: Y además los jugadores van de la selección a los clubs y viceversa. Y nadie entrena igual. Los jugadores varían de un tipo de entrenamiento a otro y eso les afecta.
La carga de partidos, el estrés, los tacos de las botas o el estado del césped llevan siendo la excusa desde 2007, cuando se publicó esta entrevista. Lo son hoy y lo será 20 años más tarde, hasta que no nos demos cuenta del verdadero problema: una preparación física en general, y de fuerza en particular, lamentable.
Preparación física específica
Y para terminar, la última prueba del escaso nivel de conocimientos en profesionales del deporte en cuanto a entrenamiento de fuerza:
Cappa: Yo, cuando llego a un equipo nuevo a mitad de temporada, siempre pregunto qué estaba haciendo el preparador físico anterior para no generar descompensación.
Seirul·lo: Muchas veces la culpa la tenemos nosotros, los preparadores físicos, porque para ser diferentes hemos inventado cosas que dañan a los jugadores.
Cappa: Para resumir, yo creo que hay una preparación enfocada al músculo y otra, la correcta, enfocada al fútbol, al juego.
Confundir fuerza con hipertrofia, pensar que la fuerza solo trabaja el músculo cuando también trabaja el tendón, pensar que la fuerza debe ser específica y afirmar que el fútbol es especial y diferente es sin duda el gran lastre del fútbol mundial. Ya he hablado en otros artículos sobre roturas de cruzado y de cómo es necesario cambiar de enfoque, ante un problema que lleva años sin resolverse.
Es hora de que el entrenamiento de fuerza se independice de la preparación física, con bloques de entrenamiento específicos, separados del entrenamiento del propio deporte y con objetivos claros y definidos a nivel de esfuerzo físico.
Si por el contrario prefieres seguir levantando pesas de color rosa subido a un bosu, mejor no te suscribas:
Vaya tela con los colegas