Cuenta la leyenda que Hércules, hijo de Zeus, debió servir a su primo Euristeo, rey de la Argólida, para redimir un crimen cometido contra su propia familia y ganarse el favor de los dioses. Euristeo, en un intento de deshacerse de Hércules, le encargó doce trabajos, que consistían desde matar al león de Nemea, hasta domar al toro de Creta, o capturar a Cerbero, el perro guardián de las puertas del inframundo. Hércules, saliendo victorioso de todas y cada una de las pruebas, impresionó tanto a los dioses que éstos le otorgaron la inmortalidad.
Inspirado por lo anterior, un productor de Netflix decide crear un reality, donde se convoca a culturistas que deberán pasar doce pruebas. El premio al ganador es una semana en un resort de Riviera Maya llamado “El Olimpo”. Las pruebas consisten en:
1- Ganarle un partido de pádel a David Broncano
2- Hacer más dominadas que Pablo Motos
3- Hacer una etapa del camino de Santiago
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12- Rascarse la espalda
¿Conseguirá alguno de los culturistas llegar a “El Olimpo”?
Está claro que no.
Los comienzos del culturismo
En sus inicios, el culturismo era un culto a la estética, influenciado por un cánon de belleza clásico. Los primeros culturistas exhibían cuerpos de proporciones armoniosas y naturales, que en apariencia eran incluso similares a esculturas de varios siglos de antigüedad:
Hoy en día, sin embargo, el culturismo es una competición en la que se valora el desarrollo muscular a cualquier precio, mostrando físicos irreales. Aunque el sacrificio y la constancia de los culturistas es de admirar, su físico dista de saludable, y mucho menos de poder desarrollar capacidades físicas básicas.
El problema es que el culturismo se ha adueñado por completo de la estética y del entrenamiento de fuerza. A pesar de que la forma más rápida de mejorar la apariencia física sea, tanto en hombres como en mujeres, entrenar la fuerza y aumentar la musculatura, enseguida se escucha el típico “no me quiero poner muy grande” en hombres, o “no quiero parecer un hombre” en mujeres.
Incluso va más allá. Al mostrar un físico que no parece preparado para correr a máxima velocidad sin romper fibras, se asocia el entrenamiento de fuerza a una mala movilidad, una pérdida de velocidad o una mayor probabilidad de lesiones. Cuando es precisamente el entrenamiento de fuerza y la ganancia muscular la mejor y más rápida herramienta para fortalecer ligamentos y articulaciones, saltar más alto, correr más rápido y moverse mejor.
Los resquicios del culturismo antiguo
Aunque no lo creas, sigue existiendo un grupo de culturistas antiguos, que no comen cada tres horas, no pesan lo que comen, y no entrenan frente a un espejo. Sus entrenamientos son funcionales, y la mejora de las cualidades físicas básicas les proporciona un físico natural, versátil y atractivo. No son otros que los deportistas de élite.
Prueba a observar el físico de un corredor de 100 metros lisos. O el de un nadador. O el de un futbolista. O el de un luchador. Su nivel de masa muscular depende de los requerimientos de su deporte, pero siempre muestran un físico proporcionado y en apariencia saludable:
De hecho, en el mundo anglosajón, la antítesis del culturista (bodybuilder) es el atleta (athlete). Puedes encontrar en YouTube infinidad de vídeos del estilo “Train like an athlete” o “Train like a bodybuilder”. Se asume que el entrenamiento atlético persigue mejorar el rendimiento, mientras que el entrenamiento culturista persigue incrementar la masa muscular y reducir el porcentaje de grasa.
¿Pero qué pasa si aquel que quiere mejorar su rendimiento físico no compite en un deporte en concreto? ¿Y si alguien quiere mejorar su físico, pero no desarrollar un físico al estilo del culturismo? En definitiva, ¿cómo aplicar el entrenamiento de élite al nivel amateur?
Existe un colectivo que simplemente compite en la vida. Aquellos que quieren poder correr detrás de sus hijos con 40 años, que quieren jugar al pádel sin dolor de rodilla, que quieren llegar a tocar el aro de la canasta, que quieren marcar el ritmo en su grupeta de ciclismo. Son los anticulturistas.
Para ellos, aún no existe un sistema que acerque el entrenamiento de élite a la población en general. Y es precisamente el objetivo de esta newsletter: crear y difundir el entrenamiento Anticulturista.
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Tendrás una sugerencia de entrenamiento de fuerza para futbolistas? He leído tus artículos y escribes para padel, ciclismo, maratón. Pero de fútbol no.