¿Eres tú un anticulturista? Empieza aquí
Dos antiguos compañeros de universidad se encuentran en un evento. Hace años que no se ven, y se ponen un poco al día.
Ambos han progresado profesionalmente, ocupan puestos de cierta responsabilidad, alguno está pensando en formar una familia… en fin, lo típico de alguien de mediana edad, carrera profesional media y todo muy mediano y medio.
Quiero decir, ninguno de los dos se definía por su forma de ganar o gastar el dinero. Para ellos, lo importante era cómo gastaban su tiempo: ambos se consideran amantes del deporte.
Como no podía ser de otra forma, la conversación acaba virando hacia este tema, que tanto les unió en la universidad:
- “Ey, estoy yendo a jugar al fútbol con los compañeros de curro los jueves. También echamos un pádel dos veces a la semana. ¿Por qué no te pasas? Son gente de puta madre”
- “Qué va, tío. Me rompí el cruzado al año de acabar la uni. El trauma me dijo que nada de fútbol. Después de rehabilitar probé a jugar al pádel pero me revienta los tobillos. Ahora llevo una temporada con ciclismo, aunque la espalda y la lumbar me están matando”
El primero siempre disfrutó del deporte. Durante la uni, el fútbol le ayudó a conocer gente cuando llegó a la ciudad. Desde que empezó a trabajar, el pádel le ha ayudado a hacer contactos y desconectar del estrés diario.
El segundo siempre estuvo frustrado. Cuando más enganchado estaba a una actividad deportiva, las lesiones le impedían seguir. Nunca pudo rendir al máximo como para celebrar una victoria a lo largo de una temporada, o sentir la satisfacción de mejorar en un deporte.
La diferencia
¿Alguna vez te has preguntado cuál puede ser el factor diferencial entre ambas personas?
Te lo adelanto: no es la genética. Ni la suerte.
El primero de ellos siempre entendió que el cuerpo está hecho para funcionar bien. Y que, por alguna circunstancia, la vida moderna nos acaba desviando de su buen funcionamiento.
La salud en el cuerpo humano no reside en la fuerza de sus partes, sino en su equilibrio.
El pasar tiempo sentado en una oficina, el practicar deportes con esfuerzos repetitivos e incompletos, ignorando todo el rango de movimiento de una articulación o los patrones de movimiento compensatorios, perturba el equilibrio corporal, y por muy deportista que seas, acaba en lesiones.
Sin embargo, hay una solución, y está en tu mano ponerla en práctica.
Un enfoque diferente
No sé si has escuchado alguna vez sobre el entrenamiento de fuerza. Seguramente te imagines lo que todo el mundo: que no quieres volverte lento, no quieres ponerte muy grande, etc.
No se trata de eso.
En este blog veremos el entrenamiento de fuerza como una herramienta para prevenir lesiones, mejorar el rendimiento deportivo, y todo con un objetivo claro:
Que disfrutes más y durante más tiempo de tu deporte.
El entrenamiento de fuerza es la mejor herramienta para potenciar aquello que te hará rendir en tu deporte, y para equilibrar aquello que no usas pero que necesitas para no incurrir en lesión.
Ahora bien. ¿Cómo utilizar esta herramienta?
Aquí no hablamos de estética
Para que quede claro: sí, en este blog vamos a hablar de mancuernas, de discos y de barras, de gimnasio.
Pero entonces, ¿qué lo hace diferente de cualquier otro blog de culturismo o powerlifting?
Las pesas, el gym, las bandas elásticas o la calistenia son herramientas. Normalmente se usan con fines estéticos, desde un culturista que quiera ganar masa muscular, hasta el usuario medio que quiere verse bien en la playa.
¿Pero qué hay de aquellos para los que la estética no es un fin en sí mismo, sino la consecuencia de disfrutar de una vida sin dolor y en plena capacidad física?
¿Qué hay de aquellos que no sueñan con subir su fotito al Instagram, sino con levantar un trofeo, colgarse una medalla, sufrir, llorar, progresar, celebrar y compartir su afición con gente afín?
Este blog es para todo aquel que tenga un objetivo claro y definido a nivel de rendimiento, ya sea compitiendo en un deporte o compitiendo contra la vida misma. Ya sea ser capaz de correr detrás de su hijo con 40 años, o de practicar el deporte que le apetezca sin lesionarse. Ya sea llegar a lo más alto en su disciplina deportiva, o sentirse atleta hasta la vejez.
Si compartes mi filosofía de vida, simplemente déjame tu email, y yo me encargaré cada semana de acercarte un poco más a tus objetivos.
Y si quieres entrenar conmigo, recibir rutinas exclusivas, enviarme vídeos para que te corrija la técnica o preguntarme dudas, puedes acceder a la Comunidad AntiCulturista, un foro privado donde más atletas como tú están mejorando día a día: